Por Helena Martínez Pasqual de Riquelme
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jueves, 30 de septiembre de 2010

Huelga ¿general?

Ayer, como todos sabemos más que de sobra, tuvo lugar la huelga general. Según los sindicatos ha tenido un éxito de un 70%. Según  el Gobierno, tan sólo ha tenido una participación del 7% o el 8%. Yo he salido y he podido comprobar que a excepción de un par de comercios, todos los demás estaban abiertos como de costumbre. El problema es que seguimos estando en crisis y la gente necesita dinero, no pasearse por la calle sin resultado alguno.

Supuestamente esta huelga general se hizo con motivo de una reforma laboral que pretendía llevar a cabo el Gobierno. Una reforma sobre la cual estuvieron informando al pueblo los sindicatos, y de la que sacamos en claro que: no servirá para crear empleo, no reducirá la dualidad del mercado laboral y aumentará la temporalidad, facilita y abarata el despido, refuerza el poder empresarial para modificar condiciones de trabajo, etc. En resumen, atenta contra los trabajadores y en vez de crear empleo facilita todo lo contrario.


Y hablando de la huelga, otro de los temas que me entusiasman son los "piquetes". La huelga es voluntaria para cada persona. Pueden secundarla o asistir al trabajo como cada día, por algo estamos en democracia. Pues bien, parece que a estos señores este tema se les ha olvidado. Recuerden que la libertad de uno termina donde empieza la del otro.

Por el momento esta reforma no me afecta a mí particularmente aunque sí a mi familia. Esperemos que para cuando termine mis estudios y encuentre trabajo (otro tema muy muy complicado) haya cambiado esta dinámica laboral.

Desde mi humilde opinión creo que esta huelga no tiene sentido alguno. ¿Una huelga en protesta contra algo que ya está aprobado? No señores sindicalistas, esta huelga debería haberse hecho antes y no ahora para cubrirse las espaldas.

martes, 21 de septiembre de 2010

¿El peor momento para tener estudios?

Según el ranking de la OCDE sobre “el porcentaje de licenciados universitarios con empleos de baja cualificación" de los diferentes países, España encabeza a todos ellos. Y es que en estos tiempos que corren, la crisis nos sobrepasa a la mayoría. Cada vez existen menos puestos de trabajo, cierran más empresas y se producen más despidos. Por esta razón cada día más y más gente decide estudiar para ampliar su curriculum y así tener un poco más de facilidad para encontrar un trabajo con el que subsistir.

Como no iba a ser menos, esta crisis afecta también al tema que nos interesa: la publicidad y la comunicación. Ha tenido lugar un descenso brutal de la inversión en publicidad. En el año 2009 se produjo un descenso del 14,9 % según los datos de InfoAdex, lo que no hace más que confirmarnos que están siendo los peores años para este sector en España.
El único medio que se salva es Internet, que según un artículo de marketing directo: muestra una evolución positiva. En su conjunto, Internet ha tenido un crecimiento interanual del 7,2%, llegando a alcanzar un volumen de inversión publicitaria de 654,1 millones de euros frente a los 610,0 millones de 2008. El porcentaje que Internet supone sobre el total de la inversión en 2009, en Medios Convencionales, es el 11,6%.

Teniendo en cuenta estos datos, deberíamos apoyarnos en este medio que aún con la crisis sigue a flote y en el que aumenta, aunque en pequeñas dosis, la inversión publicitaria. Actualmente gracias a todas las redes sociales, las cuentas de correo, las plataformas 2.0, etc; podemos hacer llegar la publicidad a muchos rincones.

Volviendo al tema inicial, hoy por hoy, los universitarios vivimos con el miedo de salir de la carrera y quedarnos como estábamos. Tendremos que aumentar nuestros estudios con másters, cursos e incluso otras carreras. Y después de todo eso, muchos de nosotros, seguramente nos conformaremos con puestos de trabajo que no tienen nada que ver con nuestra especialidad y para los que además estamos sobrecualificados. No contentos con esto, en muchas empresas no contratan a gente alegando que tienen demasiado curriculum y que en cuanto les salga un empleo mejor se marcharán.

Por lo tanto me atormenta la pregunta de si es mejor tener o no tener estudios. Lo que si está claro es que es mejor tenerlos porque si uno tiene carrera, quizá no le espere un futuro brillante. Pero, si no la tiene, todavía puede pasarlo peor. Sea lo que sea, las conclusiones parecen claras: España tiene un sistema educativo disfuncional para un mercado laboral disfuncional. Un sistema educativo que produce titulados que luego no encuentran salida laboral.

Así que sólo nos quedan dos cosas: echarnos a llorar o echarnos a temblar.