Por Helena Martínez Pasqual de Riquelme
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miércoles, 27 de octubre de 2010

De mayor quiero ser...


Estando en el tercer año de nuestra carrera de Publicidad y RRPP, uno empieza a plantearse su verdadera vocación dentro de todas las posibilidades que nos ofrecen estos estudios. Personalmente, siempre me ha llamado más la atención el ámbito comunicativo que el de la publicidad, ya que no destaco especialmente en creatividad. También me gusta muchísimo el mundo de la política, ya que lo he tenido presente desde pequeña en casa. Por estas razones, me decanto por una profesión de relaciones públicas dedicada a la política y otro perfil que me apasiona es el de organización de eventos.

Tratando el tema de las relaciones públicas me veo obligada a hacer especial mención a Edward Bernays, considerado el padre de las relaciones públicas. Edward decía que era necesario comprender a la sociedad y la opinión para poder actuar sobre ella.

Por un lado, para ser relaciones públicas hay que tener un don de palabra y de gentes considerable, mucho poder de convicción, tener una fuerte personalidad y capacidad de liderazgo y persuasión.
Para el perfil de organizador de eventos, se ha de ser, desde mi punto de vista,  muy responsable, perfeccionista, exigente, además de habilidades nombradas anteriormente para las relaciones públicas como fuerte personalidad, capacidad de liderazgo, etc.

Sinceramente, al igual que digo que no soy especialmente buena cuando hablamos de  creatividad en la publicidad, creo que las habilidades necesarias para estos perfiles se ajustan muy bien a mi persona. Se me da bastante bien tratar con la gente, tengo una gran capacidad de liderazgo y soy muy responsable y perfeccionista. Sé que todavía me queda mucho por aprender y por mejorar como, por ejemplo, la vergüenza o el nerviosismo a la hora de hablar en público (factor importantísimo en estos perfiles), pero he notado una gran mejoría en este tema con el paso de los años, por lo que estoy segura de poder eliminar esa especie de “miedo” día a día. Y también me gustaría perfeccionar mi habilidad con los idiomas que son esenciales en la comunicación.

Espero poder dedicarme a lo que realmente me gusta, el día de mañana, que está aquí ya.

Para terminar os dejo a continuación unos enlaces interesantes sobre las relaciones públicas. ¡Que los disfrutéis!

viernes, 22 de octubre de 2010

EgoSurfeando

Esta práctica de buscar en google nuestro propio nombre es muy interesante. Te das cuenta de la resonancia que puedes o no tener. Hoy, he buscado en google, aunque ya lo había hecho anteriormente. Al escribir mi nombre sin comillas, tan sólo aparezco en una página llamada “ABCGENEALOGIA.COM” en la que aparece la historia del apellido Pasqual de Riquelme de Cartagena. Los demás resultados que se muestran son trozos de mis apellidos, o escritos de distinta manera, los cuales no se refieren a mí.
Al escribirlo con comillas, aparece nada más que el propio blog en el que ahora escribo.

Estos resultados me sorprenden bastante, porque sé que al buscar otros nombres de amigos o familiares, salen también sus perfiles de las redes sociales o cosas de universidad, etc. Yo también pertenezco a esas redes sociales y sin embargo no puedes encontrarme.

Por una parte, me satisface bastante el hecho de que no aparezcan estos perfiles al realizar la búsqueda en google, porque son casi siempre perjudiciales, ya que, si el día de mañana alguien introduce mi nombre para algún tema profesional, no podrá ver mis fotografías de las redes o los comentarios o saber cosas de mí que, quizá, no sean las que más necesito para mi futuro trabajo.
Y es que estas redes sociales nos perjudican mucho a la hora de ponernos serios, o el día de mañana cuando seamos más adultos.

Por otro lado, me gustaría tener más renombre en las páginas de internet. Si alguien necesita buscar información mía, le será casi imposible, excepto mi genealogía. Sería mucho mejor si al buscar mi nombre, encontrarás resultados en los que se hablara de mis estudios, mis cursos, mis datos, en general, mi currículum. De esta manera podría abrirme más puertas en el campo profesional. Evitando siempre, los perfiles de las redes sociales que de una manera u otra, al final siempre acabarán perjudicándote.

Teniendo en cuenta todas las ventajas y las desventajas,  hoy día, si no apareces en internet, no existes.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Para un roto como para un descosido


Partimos del mismo tema que nos retumba a todos en la cabeza hoy por hoy: la escasez de ofertas de trabajo y el enorme número de parados sobrecualificados.
Pese a esta desastrosa situación actual, muchos jóvenes se echan a la calle todos los días para buscar trabajo. La mayoría de las veces no están contentos con el puesto ya que el salario es pésimo y además no es lo que ellos realmente buscan, por lo que se quedan tal y como estaban, en el paro. Sin embargo, muchos otros trabajarían de lo que fuera. ¿El problema? No encuentran ofertas o simplemente no son elegidos para el puesto.

Teniendo en cuenta lo dicho, me pregunto ¿qué es lo que buscan realmente los empresarios en un trabajador?  Pues está muy claro, en lo que se fijan es ,sencillamente, en las competencias personales de cada uno, ya que preparación, en los tiempos que corren, tiene la mayoría.

Lo que la gente necesita para conseguir un empleo es tener iniciativa y ser original. Debemos saber destacar entre las miles de personas que tienen la misma preparación que nosotros. Tenemos que sobresalir, demostrar que somos emprendedores y responsables, que además de nuestra carrera, máster u otros, también tenemos el espíritu que hace falta para triunfar en nuestro trabajo. Nos conviene mostrar que valemos tanto para un roto como para un descosido y que siempre sabremos qué hacer en cualquier situación.

Todo eso es lo que busca una persona cuando quiere contratar a otra. Necesitamos saber expresar todas esas cualidades y sacarlas a la luz. De esta manera conseguiremos un “está contratado” y no un “ya le llamaremos”.