Un último paso

Partiendo de la base de que nunca he trabajado, no sé cómo es exactamente una entrevista de trabajo. He leído y leído millones de consejos acerca de cómo enfrentarte a una, pero jamás he tenido la oportunidad de ponerlos en práctica. ¿El por qué? Es fácil. Buscar trabajo, lo busco por todos los rincones habidos y por haber, que lo haya es otra cosa. Aún así, cuando encuentras algo siempre te piden experiencia, y digo yo…¿cómo la voy a tener si siempre la piden? Tendré que empezar por el principio, ¿no?
A pesar de no haber asistido nunca a una entrevista de trabajo, creo que tengo bastante claro como se debe actuar o como actuaría yo en ese caso.

Una cosa que está bastante clara es que esas entrevistas son momentos cruciales para la decisión de que te contraten. También está el currículum, pero por muy bueno o completo que sea, lo que es decisivo es la entrevista de trabajo.
Obviamente la primera impresión es la que cuenta, y también decir que una imagen vale más que mil palabras.

Lo primero que siempre he pensado si tenía que acudir a una entrevista es en qué ropa me pondría o como sería la imagen que querría transmitir. Está claro que hay que saber transmitir la mejor imagen de uno mismo y no podemos hacerlo vistiendo como en el día a día.

Respecto a las cualidades, diría que nos interesa mostrar que somos proactivos, responsables, perfeccionistas y polifacéticos. Tienen que entender que valemos tanto como para un roto como para un descosido, como dije en un post anterior. Así sabrán que pueden recurrir a nosotros en cualquier momento y situación. Y por supuesto, debemos informarnos sobre la empresa a la que acudimos para poder demostrar nuestro conocimiento e interés acerca de la misma.

Estos son mis pensamientos acerca de las entrevistas de trabajo. Espero algún día poder comprobar si estoy en lo cierto, y a ser posible pronto. Lo que no podré controlar...¡serán los nervios!